

HIGIENE FACIAL ACTIVA
La Higiene Facial es uno de los factores indispensables para que toda piel luzca sana, joven, hidratada y luminosa. En cualquier rutina de belleza, la higiene facial es clave para mantener una piel saludable y joven. La suciedad, la contaminación, el maquillaje, el sol, el estrés… son sólo algunos de los factores que causan que la piel acumule suciedad y pierda vitalidad, frescura y luminosidad.
Por otro lado, las glándulas sebáceas producen sebo, una sustancia grasa que, a través de los folículos pilo sebáceos, se deposita en la superficie de la piel. A este sebo pueden sumarse bacterias y células muertas que poco a poco van taponando estos orificios, lo que puede dar lugar a granos, puntos negros, etc. Para evitarlo es necesario limpiar bien la piel a diario. Por ello, una limpieza facial profesional de forma regular es muy recomendable.
La frecuencia con la que se debe realizar una higiene facial profunda en un centro de estética depende del tipo de piel y de las necesidades de las mismas. En Stillness te recomendamos una higiene facial profesional al menos una vez al mes, sobre todo si tienes pensado hacerte un tratamiento de belleza.
Entre una higiene facial realizada en cabina y otra, es importante que mantengas la piel limpia. Para ello, es fundamental limpiarla con productos específicos al menos dos veces al día. por la mañana y por la noche. También, es necesaria una exfoliación y la aplicación de alguna mascarilla al menos una vez a la semana.
HIGIENE FACIAL PROFESIONAL
Antes de realizar una higiene facial, nuestros profesionales evaluarán el tipo de piel para ajustar el tratamiento necesario. Cada tipo de piel, bien sea seca, grasa o mixta, tiene unas características concretas y por lo tanto, unas necesidades diferentes que en Stillness tenemos muy en cuenta.
Una vez identificado el tipo de piel, iniciaremos la limpieza facial propiamente dicha con productos específicos a las necesidades de cada cliente. La higiene del cutis incluye una primera limpieza para retirar la suciedad más superficial y una exfoliación para desincrustar las impurezas más profundas. Además, el profesional utilizará el método más apropiado para abrir los poros y retirar los puntos negros sin dañar la piel.
Una vez abiertos los poros y eliminada la suciedad es necesario cerrar los poros y cauterizarlos para descongestionar la piel y bajar la inflamación producida por la exfoliación. A este paso suele seguir un masaje sobre rostro y cuello para relajar la piel y devolverle tersura. Por último es necesario nutrir bien la piel. Para ello, aplicamos una mascarilla adecuada al tipo de piel y a sus necesidades, que luego retiramos para aplicar el tratamiento de belleza elegido por el cliente.
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